Miguel Galuccio, la cara del fracking y el peligro ambiental en Vaca Muerta

El director de Vista Oil&Gas acelera la producción en Vaca Muerta a través de la cuestionada técnica y genera sismos y problemas ambientales en el sur del país.

Las denuncias de distintas agrupaciones y los temblores que se sientan en la zona de Vaca Muerta apuntan a una cara conocida en el sur del país: Miguel Galuccio. El presidente de Vista Oil&Gas está en el centro de la polémica por la contaminación ambiental en la zona de extracción de hidrocarburos.

Según publicó el sitio especializado EOL, la empresa presidida por Galuccio fue creada en 2017 y fue la primera firma del sector privado en desembarcar en el yacimiento. Lo hizo con el compromiso de respetar el medioambiente y llegar en 2026 a cero emisiones netas. Pero el compromiso que asumió el extitular de YPF ante el gobierno de Alberto Fernández duró poco: el empresario conocido como el rey del fracking apeló a esa cuestionada técnica para acelerar las búsquedas en Vaca Muerta, sin respetar el medioambiente.

Vista amplió su acuerdo de inversiones con Trafigura, dueña de Puma Energy, para desarrollar Bajada del Palo Oeste, uno de los mayores yacimientos de shaleoil de la cuenca. La cifra involucrada en el acuerdo ronda los 150 millones de dólares.

Según un reporte de la Subsecretaría de Ambiente de la provincia elaborada por el Observatorio Petrolero Sur (OPSur) y el Frente de Izquierda y los Trabajadores-Unidad (FITU), en los últimos cuatro años se duplicaron los accidentes ambientales: en 2021 ocurrieron 2.049 incidentes contaminantes en la industria hidrocarburífera de Neuquén.

Con 5,6 incidentes por día, todas las miradas la apuntan al facking. Lejos de los compromisos que asumió Vista ate el gobierno nacional de no realizar emisiones netas para 2026, la decisión de Galuccio de acelerar la producción golpea el medioambiente.

Las denuncias de especialistas afirman que la perforación subterránea para llevar adelante el fracking en Vaca Muerta no sólo implica un desperdicio de agua sino también una actividad sísmica que genera movimiento de fallas en la corteza terrestre.

A su vez, el fracking también demanda la utilización de químicos para perforar. De los 260 utilizados, 17 fueron considerados tóxicos para organismos acuáticos, 38 tóxicos agudos, ocho cancerígenos probados y otros seis sospechados de serlo, siete elementos mutagénicos y cinco producen efectos sobre la reproducción, según el Centro Tyndall de la Universidad de Manchester, del Reino Unido.

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